La costumbre no tarda en llegar, el que tarda en llegar soy yo. El colectivo al borde del colapso, el calor omnipresente que entra, que sale y tambien se queda. En los oidos comienza Change, de Blind Melon pero al minuto todo queda en silencio, o mejor dicho empiezo a escuchar esas conversaciones que uno escucha por accidente (si, son un accidente, casi violento). La cuestion es que a mi me ocurren cosas extrañas, muchas veces graciosas. Recuerdo una con la que rei y sonrei durante una semana, pero para contarla necesito imagenes, imagenes muy parecidas a las de Tati. El asunto es que se me termina la pila y el cambio no termina. Y no quiero escuchar a la gente, no quiero verle la cara (pero si, con musica no le veo la cara a la gente, o por lo menos le veo otra). Falta bastante para llegar (tarde). Como en una pelicula de Kusturica o de Buñuel porque no, rodando llega a mis pies una manzana. Roja. Brillante. Y me quedo, en la sorpresa pienso durante unos tres minutos: una manzana? seguro?. La tomo con los pies (tengo esa costumbre primitiva de tomar las cosas con los pies, es discutible aunque una costumbre asi, quien la quita?) y la levanto del suelo hasta mi. Miro alrededor, sin objetivo porque me daba lo mismo me hayan visto o no. Al rato me baje y le jugue al 25, pensando que ese numero era: la manzana. El hombre me aseguro que no, que el 25 era la gallina. No me interesaba su opinion asi que le dije no me importa nada, pongame 3 pesos al 25, osea a la manzana.
A las dos cuadras, una mujer desperdiciaba agua en su vereda asi que lave mi manzana, y la comi.
sábado, marzo 05, 2005
Tengo que jugarle, tengo que jugarle
Publicadas por kiduruguayo a la/s 4:05 a. m.
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