lunes, marzo 28, 2005

Sin boca

El loco se mira en el espejo y se saca la lengua.
Piensa que el espejo se está burlando de él. Lo rompe.
Se arrepiente, a la hora de peinarse.
Sobre una mesa, fragmento a fragmento recompone el espejo, que queda casi completo.
El loco prueba a mirarse de nuevo y ve su rostro, pero no la boca (falta esa parte, que se pulverizó con el golpe)
Desde entonces, nunca más habla.

Antonio Di Benedetto


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